ESTOS SON LOS CONDENADOS (These Are the Damned) (Damned, the) (Gran Bretaña, 1963) Ciencia Ficción, Intriga

 

Director: JOSEPH LOSEY
---
Intérpretes Principales: Shirley Ann Field, Macdonald Carey, Viveca Lindfors, Alexander Knox, Oliver Reed, Walter Gotell. James Villiers, Tom Kempinski, Kenneth Cope, Brian Oulton, Barbara Everest, Allan McClelland. James Maxwell, Rachel Clay, Caroline Sheldon
---
 

Argumento: A Londres va en viaje de placer un estadounidense ya maduro, que tiene un pequeño pero bonito yate.
Un día conoce a una bella joven a la que ofrece su brazo para dar un paseo. Cree que se trata de una prostituta, pero no, es una componente de una banda de chicos que se dedican a asaltar a transeúntes con posibles, para robarles lo que tengan en la cartera tras darles una buena paliza.
Así lo hacen pero unos días después se vuelven a ver, estableciéndose entre ellos una buena comunicación.
Sin embargo, la banda no está conforme con dicha relación, comenzando por el jefe, que es el hermano de la chica.
Huyendo la pareja de ellos, van a parar a un lugar extraño, una especie de cueva habitada por unos extraños niños, que tienen la piel fría como los cadáveres.
---

Mi comentario: Muy curiosa y original película inglesa, que toma la ciencia ficción o quizás la anticipación, para mostrar, sin artificios ni efectos especiales espectaculares, una peligrosa situación que bien podría ocurrir en el transcurso de los años.
En la época en la que fue rodada, 1963, los experimentos humanos que tocaban todo lo nuclear, fueron representados en el cine de muy diferentes formas. La mayoría efectistas, dentro del puro horror manifiestamente palpable en terroríficas imágenes.
Aquí no, aquí la Hammer, productora de este extraño pero fascinante trabajo, toma la cotidianidad al principio, mostrando la sociedad londinense tal cual se podría reflejar en un primer vistazo. Más tarde vamos comprobando que algo se oculta tras las buenas maneras british, para introducirnos en un sub-mundo cruel e implacable.

 

El film va de menos a más, pues se tarda algo en entrar en materia. Una vez hecho se torna muy interesante y entretenida, dejando un regusto amargo en la boca por su sobriedad e implacabilidad.
No se casa con nadie y deja bien claro el espíritu del film.
Se trata de una adaptación de la novela de H.L. Lawrence y con excelente partitura de James Bernard.
La fotografía en blanco y negro a cargo de Arthur Grant es de recibo.
Una cinta creo que no demasiado conocida, me imagino no tuvo demasiada fama en su día, pero que creo merece la pena.