Título original: La via della droga (The Heroin Busters)
Director: Enzo G. Castellari
Guion: Massimo De Rita, Galiano Juso
Música: Goblin, Massimo Morante
Fotografía: Giovanni Bergamini
Género: Policíaco, Negro
Reparto: Fabio Testi, David Hemmings, Sherry Buchanan, Wolfango Soldati, Massimo Vanni, Angelo Ragusa, Romano Puppo, Sergio Ruggeri, Joshua Sinclair, Leonardo Scavino, Gianni Orlando, Franco Fantasia, Antonella Della Porta
Argumento
Un inspector de policía de las islas británicas se desplaza a Roma para ayudar a la Policía de allí a desenmascarar a los jefes de una gran organización que distribuye la droga hasta Marsella, Túnez... y finalmente a Los Estados Unidos de Norteamérica.
Un día detienen en una estación a un hombre que pasa gran cantidad de droga escondida en su bolsa de viaje.
Tendrá que compartir la celda con un vendedor de droga de tres al cuarto. En un descuido del carcelero, huirán juntos y tratarán de introducirse en una gran banda.
Un poliziotto italiano de la mejor época en la que se hacían esta clase de cintas, los setenta del siglo pasado que, no obstante, resulta a todas luces mediocre.
Tiene todos los ingredientes de las más populares películas de este simpatiquísimo (sub) género, pero no funciona y es bastante sosa y en algunos momentos incluso algo tediosa.
Se puede ver si no se tiene nada mejor que hacer, pero todo resulta muy visto y oído, pero peor que en otras ocasiones.
Para comenzar, al comienzo no puede ser más deslavazada e inconexa. Más tarde, se quiere sorprender al espectador y en el minuto 37 nos dan un dato que ya sabíamos desde el minuto uno. Es pues, bastante previsible.
Las escenas de acción y de persecuciones, que no pueden faltar a la cita, son normaluchas, impropias de un realizador tan solvente como Enzo G. Castellari, que aquí bien por tener un triste guion, bien porque la hizo con el piloto automático puesto, está apagado y no puede ser más convencional. Tan sólo se salva, por los pelos, el momento de la trampa de los tunecinos al protagonista.
Y la parte final, una fantasmada como otra cualquiera. Pero eso es perdonable. El resto, no.
En resumidas cuentas, que las he visto mucho mejores. Flojita, flojita.
¡Ah! Y los pocos personajes femeninos apenas aportan nada a la historia.
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