Director: Lewis R. Foster
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Intérpretes Principales: Linda Darnell (1), Dale Robertson (1), John Lund, Ward Bond (1, 2, 3, 4, 5, 6), Regis Toomey (1, 2, 3, 4, 5), Skip Homeier (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11), Irving Bacon (1, 2), John Doucette (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8), Whit Bissell (1), William Fawcett, Malcolm Atterbury (1, 2), Diane DuBois, Charles Horvath.
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Argumento: Una serie de viajeros dispares se ven en peligro cuando su diligencia se adentra en territorio cheyenne, para ir a Laramie, donde un ladrón de bancos y el cajero del mismo a quien la Ley le endilgó el robo tendrán que rendir cuentas.
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Mi comentario:
"- ¿Cómo está?
- Bien, teniendo en cuenta que me estoy muriendo".
Agradable western de pura serie B, al menos en cuanto a presupuesto, pero que aún en pleno siglo XXI conserva un aroma a cine artesanal del viejo Hollywood (bueno, de finales de los cincuenta) hecho con cariño y esmero.
Como en esta ocasión, que logra un filme entretenido y vistoso, que quizás va, al menos en mi opinión, de más a menos, pero que tiene los suficientes elementos como para interesar, y no sólo a los amantes del género rey cinematográfico.
Aquí surgen pasiones, odios, traiciones, nobleza, cobardía, un sentido del honor ambiguo, unos ideales marchitos y otros universales, todo ello expuesto de forma amena.
Tiene un argumento no original pero sí atractivo, sobre todo gracias al guión de Frederick Louis Fox, con estimables diálogos, sobre todo los que tienen lugar en el pueblo, en la primera parte de la peli. Ejemplo de ellos podrían ser cuando el protagonista regatea con el dueño del caballo que quiere comprar, o cuando va a beber un whisky en el desvencijado saloom y el tabernero le comenta que lleva mucho tiempo sin llover y no han visto desde hace mucho tiempo agua, a lo que el protagonista le responde que él sí que ha visto agua e incluso lo acaba de probar dado lo aguado que ha encontrado el whisky.
Buenos intérpretes, de erróneamente) "secundarios", aunque con ilustres conocidos como el gran Ward Bond, aquí haciendo de pacifista que desea el diálogo entre blancos e indios, cuando en la realidad (en su vida fuera del cine, quiero decir) era un racista redomado.
Además, de todo lo expuesto, decir que al final se descubre la peli como francamente pacifista, comprobándose que las tesis del personaje de Bond en realidad no eran descabelladas.
Buenas escenas de acción, con un último tercio que nos remite inexorablemente a "Fort Bravo", esta vez con flechas incendiarias y todo.
Muy digna.
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